Es difícil imaginar a simple vista un punto de convergencia entre un implante cerámico o de zirconia y un árbol. Pero los hay.
La zirconia es un mineral blanco, blando y dúctil que entre otras cosas se utiliza para fabricar porcelana. Hasta ahora, constituye un objeto de deseo para la boca de la mayoría de las personas, porque aún es un material suntuoso al que acceden pocos.
Sin embargo, en la Argentina están cambiando muchas cosas alrededor de la implantología oral libre de metal. Y surge una pregunta casi de tono futurista: ¿puede un implante cerámico impactar de manera positiva en la salud y en el cuidado del medio ambiente?